El Hospital Universitario Infanta Cristina se ha sumado al proyecto Abrazatupulpo para su unidad de Neonatología. En el marco de la humanización de la atención sanitaria, esta iniciativa colabora en hacer al bebé un entorno más cercano al seno materno.
Para la doctora Inge Alonso, “los pulpitos ayudan al bebé a sentirse más cerca del útero de la madre. Además, nosotros pedimos a los padres que se lo acerquen para que se impregne de su olor y le dé mayor seguridad y compañía al neonato dentro de la incubadora”. Otra ventaja es que “los pulpitos son todos distintos, y eso permite que los padres sientan un trato personalizado, en la línea con todas las mejoras que venimos haciendo es esta unidad en favor del desarrollo del bebé”.
Cuando un bebé nace prematuro, tanto los profesionales sanitarios como los progenitores tienen la misión de tratar de ofrecerle unas condiciones lo más parecidas posible al entorno intrauterino. Es importante evitar una hiperestimulación que les haga estar más nerviosos y dificulte aún más la adaptación a la que se ven sometidos de forma precoz.
El objetivo del proyecto es colaborar a proporcionar un ambiente adecuado al recién nacido, que permita no sólo la curación de las patologías, sino también el desarrollo emocional del niño, la organización de su sistema nervioso y la aparición de un vínculo con sus padres. Se trata de intentar conseguir un ambiente menos agresivo y más confortable.
Proyecto nacido en Dinamarca
Los tentáculos del pulpo de crochet se asemejan al cordón umbilical. Durante el embarazo son muchas las ocasiones en que el feto se topa con el cordón umbilical, lo toca e incluso lo sujeta entre sus dedos. Al nacer antes de tiempo, pierden su cordón antes de tiempo, de modo que ponerle un pulpo de ganchillo con sus ocho patas es una manera de darle de nuevo un cordón al que aferrarse en algunos momentos, tranquilizando así a los bebés.
El proyecto madre nació en Dinamarca en 2013, donde cuentan con una amplia experiencia, habiendo entregado más de 22.000 pulpos a 7 hospitales en los que se ha implantado esta iniciativa, y se ha ido extendiendo a diversos países entre los que se encuentran Polonia, Reino Unido, Alemania, Ucrania, Francia, Bélgica…
Sus estudios indican que los pulpos tejidos con la técnica amigurumi son capaces de aportar grandes beneficios a estos bebes, tales como: mejora de la respiración y un ritmo cardíaco mas regulares, así como mayores niveles de oxígeno en la sangre. Los bebés que abrazan un pulpo también son menos propensos a tratar de quitarse sus tubos y monitores.